martes, 25 de febrero de 2025

LOS ESPÍAS DE ARAÚJO

Por Armando Pérez Araújo

Petro debería decir algo al respecto


Haber espiado al magistrado Jaime Araújo Rentería, hoy candidato presidencial, por el no muy simple hecho de haber sido un Juez Independiente, habla muy mal del gobierno que violó criminalmente sus derechos, aunque a los colombianos decentes y demócratas nos quede el consuelo de que semejante atropello habla muy bien de la caracterización ética, moral y jurisprudencial de quien asumió con decoro y compromiso social la defensa de la Constitución y los alcances jurídicos del Estado Social de Derecho, desde su condición de Magistrado de la Corte Constitucional.

Para empezar, la expresión seguimiento ilegal utilizada por el Consejo de Estado en su fallo, sugiere que hubo una tarea de inteligencia de alguna manera ordenada y realizada ilegalmente por terceros, sin embargo, resulta indispensable advertir que esa calificación de la honorable corporación contenciosa quedó muy corta frente a los extravagantes matices de perfidia y perversidad empleados por el gobierno a cargo del doctor Álvaro Uribe Vélez, léase, por el Estado colombiano. La tozudez de los elementos fácticos de las pruebas del caso revela que, por lo menos en el caso de Araújo Rentería, los autores del denominado seguimiento ilegal, fueron los mismos que cumplieron el rol simultáneo de ser los encargados de simular, es decir, de aparentarle a la víctima de tremenda doblez, que lo estaban protegiendo, conducta muy grave y emparentada con la perfidia. Este es un hecho que debe tener consecuencias jurídicas y políticas.

Lo importante ahora, más allá de criticar los tibios alcances del fallo del Consejo de Estado, parcialmente cumplidos, mejor dicho, incumplidos, es que éste gobierno, el del doctor Gustavo Petro Urrego, que los demócratas y defensores de los derechos humanos ayudamos a elegir, comprenda la necesidad de diferenciarse con lo que podría haber sucedido en gobiernos de pretéritas épocas de las cavernas. Tampoco nos quisiéramos enfrascar, aunque hay instancias y argumentos para hacerlo, en cuestionar de una forma u otra la formalidad escogida por ese alto tribunal de ordenarle a la Fiduprevisora y no al Presidente de la República, obligaciones inherentes al Estado colombiano, que son indelegables, además, porque no quedaron dudas de que es el verdadero responsable, ni siquiera el extinto DAS, como es la de ofrecerles disculpas públicas a las víctimas, en este caso al ex magistrado y hoy candidato presidencial Jaime Araújo Rentería. Dicho de otra forma: el Presidente Gustavo Petro debería ser consecuente y actuar, a nombre del Estado y de lo que han dejado de nuestra democracia, sin que nadie se lo solicite, ofreciéndole disculpas públicas al más indicado para que lo suceda en la silla presidencial.

Adicionalmente, y este asunto es de suprema importancia, el Consejo de Estado en su sentencia incluyó una orden, que su cumplimiento sí es del resorte del Señor Presidente, como consecuencia del susodicho fallo y también por mandato de la ley, que dice de la siguiente forma: "EXHÓRTASE al Departamento Administrativo de la Presidencia de la República para que dentro de los treinta días siguientes a la ejecutoria de esta providencia cree una comisión intersectorial, en los términos del artículo 45 de la Ley 489 de 1998, que tenga por objeto realizar el seguimiento de las denuncias que formulen los servidores públicos o particulares que manifiesten ser víctimas de seguimientos ilegales por parte de las entidades encargadas de ejercer actividades de inteligencia o contrainteligencia. Esa comisión deberá estar conformada por el Ministro de Defensa Nacional, el Ministro de Justicia, el Fiscal General de la Nación, el Procurador General de la República y el Defensor General del Pueblo, entre otros funcionarios"

Como el señor Presidente, por todos los medios de comunicación y en reuniones habidas y por haber, ha expresado inequívocamente que no está de acuerdo con las tristemente célebres chuzadas, tiene ahora la gran oportunidad de crear la mencionada comisión ordenada por el Consejo de Estado y de paso evitar que no se repita lo que a nuestro candidato Presidencial, Jaime Araújo Rentería.

martes, 18 de febrero de 2025

Yo apoyo la Lista de 100 colombianos libres y elegibles que propone Araújo Rentería

 

Por Armando Pérez Araújo

Evidentemente, la lista abierta de cien hombres y mujeres libres y elegibles que propone Jaime Araújo Rentería para configurar una propuesta amplia y popular al Senado de la República, no sólo constituye una buena fórmula para acceder de la manera más democrática posible, según la anacrónica normatividad disponible, al primer cargo de la nación, sino la más recomendada para llegar sin ataduras incómodas, ni amarres indecentes a la tradicional política colombiana. Analistas serios coinciden en que esa lista, apellidada como la de la Causa Colombia, además de resolver con creces las dificultades del antipático umbral previsto en la ley, propende por una vía independiente y expedita para alcanzar los matices de una nueva democracia. La configuración de dicha lista de cien hombres y mujeres libres y elegibles al senado, hará parte de la adopción de un mecanismo democrático de postulación transparente y popular que, como lo plantea el mismo Araújo Rentería, conllevará a la realización de una gran propuesta nacional de cambios y transformaciones dentro de los pesos y contrapesos de nuestra próxima democracia. Allí estarán hombres y mujeres representativos de una gran lucha nacional por el acceso efectivo a los derechos, también los representantes de los jóvenes progresistas de la nación, de los trabajadores demócratas, de los intereses de los pensionados, de las víctimas, de los genuinos líderes de la causa indígena y afrodescendiente, de los empresarios demócratas, de los exponentes legítimos de cada región colombiana, en fin, una gran lista abierta, en la que todos quisiéramos estar, que debería ser el producto de una selección democrática de los mejores cien colombianos con opción de elegibilidad. En la susodicha lista no podrán estar, ni siquiera asomados por la ventana de la politiquería, los habituales y poderosos contratistas del estado, de manera directa o por interpuesta persona, tampoco los conspicuos exponentes de la corrupción alojados en los viejos partidos, ni de manera directa ni por interpuesta persona, tampoco los agentes o patrocinadores del latifundismo colombiano, muchísimo menos quienes añoran la posibilidad de que se traben las posibilidades de la paz y que retornen los ventarrones de la guerra entre los colombianos.

En esa lista, en la que yo quisiera estar, no sólo estarían los votos sumados de cada uno de los candidatos, individualmente considerados, sino los que le pertenecerían a la lista como pretensión colectiva de gran calado transformador y como censura colectiva a las otras listas de mala calaña, especialmente a las tristemente famosas listas cerradas.

martes, 11 de febrero de 2025

EL EDITORIAL, un avance la próxima edición de la revista Pensamiento Caribe

 

Araújo, sí es posible

Nunca antes, a menos de veinte meses de las próximas elecciones, el país social, inclusive el país político que se supone enterado y adiestrado en el análisis de la cosa electoral, estuvo tan repleto de ingredientes caóticos como los que reinan hoy en la vida de los colombianos. Ni siquiera los sabiondos de los medios tradicionales de comunicación atinan en el análisis, por el dime que yo te diré existente en los partidos o porque no se atreven a contradecir el poder determinador detrás de cada plataforma informativa. Por el lado de los exponentes presidenciables de la derecha, o de los que se creen serlo, además de la desacostumbrada desconexión con los centros de distribución burocráticos, su natural hábitat, ahora están circunstanciados por la complicada y negativa coyuntura que atraviesa su principal líder, el expresidente Uribe, algo que alguna vez él vaticinó como la hecatombe política. Sin contar con que las individualidades que fungen como precandidatos, unos más populares que otros, ninguno tiene posibilidad de unificar las mayorías suficientes para ganar en el 2026 la presidencia de la República. Por el lado de los que aspiran a arroparse en la prolongación del proyecto encarnado por el hoy Presidente Petro, llámense como se llamen, Pacto Histórico, simples petristas, Unitarios, Progresistas, etcétera, la situación luce peor, porque, Independiente de los destrozos electorales y personales exhibidos en el televisado Consejo de Ministros de un martes cualquiera, la integralidad de la izquierda colombiana está estragada por los normales trámites de la edificación del cambio transformador anunciado por el presidente Petro y por cualquier cantidad de otras razones que no son del caso examinar ahora. Un poco parecido a lo que ocurre en la derecha, acá en este lado, la situación tiene sus propios matices y connotaciones. La lista de herederos del solio de Petro tiene exponentes muy buenos, aunque visiblemente inexpertos en el conocimiento del funcionamiento del Estado y distantes del pueblo de carne y hueso residenciado en la periferia de las ciudades y del resto del país nacional. Pongamos un solo ejemplo: la exministra Susana Muhamad, que salió bien librada como Ministra del Ambiente, y por esa razón estaría totalmente legitimada como una buena opción para jugarla como candidata presidencial, intelectualmente inobjetable, absolutamente decente, en el terreno de las realidades sociales del pueblo colombiano, en los estadios llenos de la realpolitik, resultaría siendo una ilustre desconocida, incluso, podría ser descalificada como gobernante inapropiada para lidiar con las abusivas posturas de los tigres del abusivo parlamento colombiano.

En cambio, Jaime Araújo Rentería, la opción de los colombianos indignados, y esto no es un slogan de campaña, que propugna con legitimidad por la búsqueda de una nueva democracia, que tampoco es un lema publicitario de su trasegar político, conserva la posibilidad de ser respetado por los mayoritarios sectores del progresismo, porque él los ha respetado, incluso, protegido, también por importantes sectores del centro y de la derecha porque él no los ha denostado para encaramarse en las cimas de la rama judicial y de la política alternativa, en donde ha llegado y se ha mantenido sin mácula de ninguna naturaleza. Haber sido presidente de la Corte Constitucional, no solo ha sido su palmarés más importante, sino haber sido un magnífico presidente de la Corte Constitucional, que no es lo mismo, al lado de otros igualmente prestigiosos como Carlos Gaviria, para mencionar a unos de los más trascendentes jueces que sin meterse en los espacios de la truculenta politiquería, sus memorables sentencias y su proverbial independencia de los poderes constituidos ha traspasado los linderos de los líderes comunes y corrientes. La gente de la calle, los académicos, los opinadores independientes, coinciden en que Jaime Araújo Rentería podría asegurar que lo bueno que haga este gobierno del presidente Petro pueda sin ningún temor consolidarse, lo mismo que rectificar en donde haya que rectificar, máxime si se tratare de enderezar y garantizar asuntos del respeto efectivo de los derechos humanos en donde Araújo Rentería ha sido reconocido como brillante defensor. Sin ningún temor, nuestra invitación es que hagamos el ejercicio de considerar que con Araújo es posible continuar en lo que sea necesario continuar, transformar en donde sea rigurosamente necesario transformar y edificar las bases que sean indispensables para perdurar con los beneficios de una nueva democracia para todos los colombianos.

Nos puedes encontrar el www, causacolombia.com, revista Pensamiento Caribe, Blog pensamiento caribe.

martes, 4 de febrero de 2025

ENTREVISTA FRANCA DE ANTAGÓNICO FRANCO

 

Antagónico Franco, columnista y entrevistador de la Revista Pensamiento Caribe entrevista al director de ese importante medio alternativo.

AF; ¿Dame una buena razón para que estés tan comprometido con la campaña de Jaime Araújo Rentería a la Presidencia de la República?

APA; La primera y más importante es que es un ciudadano independiente. Toda la vida lo ha sido independiente. Lo fue cuando estuvo de Magistrado en la Corte Constitucional, también en el CNE fue absolutamente independiente, pero comprometido con la progresividad de los Derechos Humanos de la gente. Otra razón, igualmente importante, es que está muy bien capacitado para orientar los nuevos cambios que requiere nuestra enclenque democracia. Te lo digo con absoluto respeto a los demás candidatos y candidatas, de izquierda, centro o de derecha, el candidato Araújo es el más experimentado, también el prototipo del presidente independiente que necesitamos los colombianos.

AF; Eso de la independencia y de la preparación de los candidatos es relativo. Usted mira la hoja de vida o las propuestas de los diferentes candidatos y candidatas, encontrará que todos se muestran como los más preparados y los más independientes. No hay uno solo que pretenda mostrarse atado o atada a los clanes políticos, tampoco que descuide incluir en su información personal los logros académicos de cada uno de ellos. ¿Cuál es la diferencia entre ellos y Araújo?

APA; La diferencia no es sutil. Usted póngase a leer, compare y saque sus propias conclusiones. Una cosa es la información que aparece en el papel o en las redes y otra es la lectura que la ciudadanía y especialmente los medios de comunicación independientes, tenemos que hacer de la vida de los candidatos. En el caso de la vida de Jaime Araújo Rentería, la independencia ha sido obvia, ha sido su ruta y su militancia ética, académica y política. En el caso de los otros y de las otras, sin demeritar a nadie, haga usted lo mismo, lea bien, compare bien y saque las conclusiones. Lo voy a ayudar con dos o tres ejemplos: Jaime Araújo Rentería, desde que fue un joven y distinguido estudiante de bachillerato en el popular colegio Loperena de la ciudad de Valledupar, fue rebelde y políticamente diferente, lo mismo que en las aulas de la universidad en Colombia, en México, Argentina y en Italia, donde fue sencillamente brillante. En la Corte Constitucional, como Magistrado y presidente de la institución, fue excelente y, lo más importante, siguió siendo coherente e independiente. Lo invito a que averigüe por sus sentencias en los temas más trascendentales de la vida de los colombianos y entonces entenderá las razones del porqué los colombianos encontramos que su candidatura es viable y merecida. Jaime Araújo Rentería, como simple ciudadano, sin pertenecer a la Unión Patriótica, sin que mediara una contratación profesional, es decir, por puro amor al respeto de los derechos humanos se juntó con un puñado de profesionales independientes de diferentes disciplinas de las ciencias sociales, y con ellos orientó el camino de la exitosa recuperación de la personería jurídica de esa organización política, que posteriormente fue indispensable en la estructura electoral del actual Presidente de la República y que, además, hoy es el espacio político que aloja a distinguidos congresistas y miles de militantes de gran valía para la transformación que requiere nuestra democracia.

AF; ¿En cuales asuntos de esta campaña política presidencial sientes que Jaime Araújo Rentería les lleva ventaja a los otros candidatos y en cuáles estos son superiores a él?

APA; En el terreno de las propuestas de transformación política nuestro candidato Jaime Araújo Rentería es inmensamente ganador, también en los espacios de la credibilidad, porque es evidente su independencia y porque también son elocuentes los vínculos de subordinación de los otros y otras con los viejos estándares de la corrupción reinante y, en algunos casos, sus peligrosas y subalternas relaciones con los centros del poder político y de los grupos económicos dominantes que fungen como determinadores del caos social y político colombiano que nos carcome. Te lo respondo de otra manera: Jaime Araújo Rentería ha preferido obtener el aval derivado de las firmas de grupos significativos de ciudadanos, en vez de aceptar los riesgos que imponen las condiciones inapropiadas de la izquierda, del centro o de la derecha. En ese ámbito también su candidatura es y será absolutamente ganadora. La segunda parte de tu pregunta la contesto con el siguiente planteo:  si las elecciones fueran hoy, dadas las influencias e interferencias de los medios masivos de comunicación, tendríamos que admitir que nuestro candidato, siendo inmensamente el mejor, caería ante el apabullador poder de los medios y porque, recordemos, que estos factores de poder electoral, también son de propiedad de los grupos económicos que más perturban la progresividad de los derechos. Claro, si las elecciones fueran hoy podríamos predecir esa debacle, pero de aquí a las elecciones de Congreso y presidenciales de 2026, si las redes y los medios alternativos, los empresarios de una nueva democracia, los sindicatos, los pensionados, los campesinos, indígenas, afros, mujeres, jóvenes, estudiantes, docentes, lo que Araújo Rentería denomina la sociedad indignada de Colombia, reacciona positivamente, nos ponemos las pilas, tenga usted la plena seguridad que sin duda tendremos en el solio de Bolívar a un vallenato, demócrata y progresista, llevando las riendas del cambio y conquistando los anhelados niveles de una pronta y permanente paz para los colombianos. Algunos opinadores, pésimos analistas y peores ciudadanos, nos hacen la pregunta del millón, que se refiere a preguntarnos, sin pudor, quiénes serán los financiadores de la campaña de Araújo, pretendiendo inferir de semejante preocupación que él no tiene tales financiadores y por ende carecería del indispensable respaldo logístico, léase, poder comprar los votos al por mayor y al detal, para poder participar y ganar. Claro, en primer lugar, tengo que decir que una candidatura verdaderamente popular como la de Araújo Rentería, no necesita financiar lo que hoy se conoce como una campaña electoral. Lo que está diseñado y caminando a pasos agigantados es una iniciativa ciudadana de educación política, de comunicaciones totalmente diferentes y de autofinanciación, empeñada en diferenciar a nuestro candidato. Uno de los secretos es desterrar la posibilidad de una lista cerrada al Senado de la República y concentrarnos en la configuración de una lista abierta de cien ciudadanos y ciudadanas libres y elegibles, en la que no predominen los padrinazgos de los directorios de la politiquería ni los contratistas habituales del Estado.

domingo, 2 de febrero de 2025

DIFERENTE E INTERESANTE PUNTO DE VISTA

LECCIONES DEL CHOQUE COLOMBIA-USA

Por Jaime Araújo Rentería

En el tema de la dignidad humana, como defensor de derechos humanos, estoy de acuerdo que este derecho pertenece a los seres humanos por el solo hecho de ser personas y que lo tienen en cualquier lugar en que se encuentren. Lo tienen incluso aquellas personas que no han respetado la dignidad humana de otras, como es el caso de los criminales y con mayor razón, aquellos cuya única falta ha sido buscar una mejor vida para ellos y para sus hijos.

Lo tienen con mayor razón los niños menores de 14 años que no tienen la capacidad mental para cometer delitos por falta de madurez psicológica, muchos de los cuales son deportados con sus padres. Por esta misma razón, es que hay que distinguir la clase de inmigrantes que son deportados: Los que han violado la ley con crímenes y los que la han violado con una pequeña infracción de tránsito, o los que no han hecho ninguna de las dos cosas anteriores y solo están en situación irregular en un país extranjero; Y con mayor razón los niños de los inmigrantes.

No hay duda que todos deben ser respetados en su dignidad humana. Por esta misma razón, es que no todos pueden venir encadenados o esposados.

De otro punto de vista, no se nos puede olvidar, que todos son colombianos y por la misma razón, tienen el derecho a entrar y salir del territorio nacional a la luz del artículo 24 de la constitución, como los defendimos durante la pandemia del Covid, frente a aquellas voces que proponían cerrar aeropuertos y puertos a los propios colombianos con el argumento de que podían infectarnos con el Covid. En esa oportunidad defendimos el derecho de los colombianos que estaban por cualquier razón en el exterior de regresar a Colombia aún infectados de Covid y lógicamente aplicando las  medidas sanitarias pertinentes. 

Como quiera que las estadísticas muestran que no era la primera vez que se hacían deportaciones desde Estados Unidos hacia Colombia y que el solo año pasado se registraron cerca de 15,000 deportaciones sin que hubiera ninguna protesta, por parte del gobierno sobre ellas y que estadísticamente son cerca de dos vuelos semanales que traen deportados colombianos, es legítimo preguntarnos o hacernos varias preguntas: ¿Por qué no se protestó antes y ahora sí? dejando claro que la defensa de los Derechos siempre es legítima y que el hecho de que no se hubiera protestado antes no le quita legitimidad a la protesta de ahora; pues aquí es válido el dicho, de que más vale tarde que nunca.

En realidad, ¿hubo algo distinto en la deportación de los colombianos que venían en esa fecha?. Para saberlo, tendríamos que conocer todos los casos de todos los colombianos que han sido deportados desde USA o para tener un universo más reducido, todos los casos de los deportados a Colombia durante la actual gobierno.

Sería bueno conocer esas estadísticas sobre la cantidad de personas formas y maneras en que fuera un deportadas. Lo que sí parece nuevo, era la manera como eran traídos algunos colombianos que no han cometido crímenes o violaciones ínfimas de la ley como son las de tránsito, o solo por inmigrar o niños, y que en consecuencia no deberían venir ni esposados ni encadenados.

Parece que otra novedad era el medio de transporte. Naves militares y si esto es así hay que recordar que nuestra constitución en el artículo 173 numeral 4 y 237 numeral 3 inciso 2, no permite el estacionamiento o tránsito de aeronaves extranjeras de guerra ni el tránsito de tropas extranjeras coma sin autorización del senado y oyendo previamente al Consejo de Estado,  de manera que estas normas constitucionales deben ser el argumento que debe esgrimir el gobierno nacional ante las autoridades de USA, para que no traigan inmigrantes en aviones o naves de guerra, ni siquiera manejadas por civiles, como parece que se pactó,  veamos las normas: “Artículo 237. Son atribuciones del Consejo de Estado:  3. … En los casos de tránsito de tropas extranjeras por el territorio nacional, de estación o tránsito de buques o aeronaves extranjeros de guerra, en aguas o en territorio o en espacio aéreo de la nación, el gobierno debe oír previamente al Consejo de Estado. Artículo 173. Son atribuciones del Senado:  4. Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República.” Es importante recordar que igualmente dignos son los colombianos que están en la calidad de inmigrantes en cualquier otro país coma incluidos países hermanos como México, donde desde hace mucho tiempo existen quejas del maltrato a los colombianos y la violación de sus derechos incluido el de su dignidad, para no hablar de algunos países europeos. Es importante que el gobierno, por los conductos diplomáticos, no por X; haga la reclamaciones correspondientes a los gobiernos de esos países sobre estos otros compatriotas que también tienen dignidad humana. 

Muchos hechos siguen sin clarificar y el debate político, sin fundamento fáctico, confunde en vez de aclarar; por ejemplo, ¿si es cierto o no que esos vuelos estaban autorizados previamente? y qué diferencia hubo entre lo autorizado y lo que llegaba a Colombia, pues parte de los argumentos de la contraparte de Colombia, era que los vuelos habían sido autorizados previamente y se habían incumplido el compromiso.

¿Cuál fue en realidad del compromiso de la oposición ante la grave situación y si de verdad ayudó a resolver el conflicto o simplemente se limitó a decir que ya habían fijado una posición en un comunicado, que en realidad no era ningún apoyo sino por el contrario una crítica al gobierno.

Como las políticas anti inmigración del actual presidente de Estados Unidos ya eran conocidas durante su campaña y su posesión muchos países del mundo y de América Latina Comenzando por México ya habían preparado un plan de retorno de sus nacionales en coordinación con todas las autoridades públicas. Se pregunta, entonces, cuál era el plan y cuál va a seguir siendo el plan de las autoridades colombianas para enfrentar esta realidad de las deportaciones?.

¿Cuál es el plan conjunto que se tiene con los otros países latinoamericanos que van a sufrir y están sufriendo esta política del presidente Trump ya que es necesario coordinar con todos los países que quieran defender sus connacionales y hacer respetar su dignidad?. Es importante también establecer vínculos con las organizaciones sociales y con la sociedad civil norteamericana que no es como se piensa que son todos iguales a su gobierno, ya que cerca de 72 millones de norteamericanos no votaron por el señor Trump; como no podemos olvidar que la guerra del Vietnam se ganó en Vietnam, pero principalmente dentro de los propios Estados Unidos, cuando la propia sociedad civil norteamericana cuestionó la intervención militar en Vietnam y se opuso a ella.

Ya hay grupos de norteamericanos que están defendiendo a los inmigrantes como es el caso de muchas Iglesias u organizaciones religiosas, comenzando en Chicago, que se están oponiendo a la orden de Ingresar a sus templos para llevarse inmigrantes, o senadores democráticos como Bernie Sanders.

Es importante también que se haga una defensa jurídica al interior de los Estados Unidos por parte de Colombia y en lo posible en Alianza con otros países latinoamericanos, ya que a pesar de las falencias de la Corte Suprema de USA, muchos jueces son de verdad independientes y se oponen a la violación de la Constitución y de su ley y para solo mencionar dos casos recordamos que el decreto de Trump de quitarle la nacionalidad a los niños o personas nacidas en Estados Unidos ya fue suspendido por un juez y lo mismo sucedió con la suspensión de las ayudas del gobierno central a Estados, municipios o territorios, que aplican políticas distintas a las de él, en temas como derechos de los diversos sexuales. Todo esto para decir que hay que hacer una defensa jurídica al interno de USA para que se respeten los derechos y la dignidad de los colombianos. Una especie de frente jurídico para la defensa de los derechos de los inmigrantes.

No hay duda que la crisis va a tener consecuencia futuras desfavorables y que estamos en la mira del país más poderoso del mundo; por eso, desde ahora, hay que comenzar en un plan de relaciones internacionales alternas como ya lo está instaurando México comenzando por diversificar los países, a quienes les exportamos nuestros productos, pero teniendo claro al mismo tiempo, que en materia de economía no hay milagros sino perseverancia, ya que abrir nuevos mercados requiere tiempo.

Que debemos unirnos también en lo que tengamos como causa común con todos los otros países que son objeto de amenazas y represalias por parte de un país poderoso, la unión de los débiles para poder enfrentar a los poderosos. Esto tenemos que comenzarlo a hacerlo ahora mismo y no esperar la próxima crisis sino hacer un plan de relaciones y alianzas internacionales en defensa de Colombia y de los colombianos y esperemos que el Ministerio de relaciones exteriores está en la altura del reto, aun que dudo de la formación para el cargo de nuestra actual canciller, ya que el problema no ni siquiera de inteligencia, sino de idoneidad, para enfrentar a Trump.

El gobierno de Colombia debe hacer un seguimiento permanente de la política exterior del gobierno de USA, pues paradójicamente nada de lo que sucedió con ese gobierno fue sorpresivo: ni la expulsión de inmigrantes, ni las sanciones arancelarias, ya que Trump lo había dicho durante su campaña y lo reiteró una vez posesionado dejando claro que los países que no recibieran a sus propios nacionales iban a ser objeto de represalias.

Como medida de precaución se deben retirar de los bancos norteamericanos las reservas de Colombia ya que es una práctica y una de las medidas de represalia, más eficaz, es congelar las reservas que tienen los países en el exterior, como le ha pasado a Venezuela. En este tema hay que actuar rápidamente.

ME GUSTA LA IDEA DE UNA NUEVA DEMOCRACIA CON DERECHOS

LA ENTREVISTA

POR: SALA DE REDACCIÓN Y ENTREVISTAS, REVISTA PENSAMIENTO CARIBE, tomada de la página www.causacolombia.com

JAIME ARAÚJO RENTERÍA RESOLVIÓ ASPIRAR DE NUEVO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. LO HACE A NOMBRE DE LA SOCIEDAD CIVIL INDIGNADA POR FALTA DE DERECHOS. PROPONE EL PERFIL DE UNA NUEVA DEMOCRACIA CON DERECHOS.

La gran pregunta que se le ocurre a la gente de la calle es sobre si Jaime Araújo Rentería tiene posibilidades de ganar la Presidencia de la República en la contienda de 2026. Uno que otro imbécil se pregunta si el exmagistrado tiene dinero suficiente para aspirar a una dignidad de semejante envergadura, otros, un poco más estúpidos, se preocupan por saber si el reconocido jurista costeño tiene el beneplácito o bendición de los tradicionales dueños del poder político colombiano central, una cosa que la modernidad del funcionamiento electoral denomina avales de los desprestigiados partidos. Con su pausado discurso de experto conferencista y de curtido docente universitario, Jaime Araújo Rentería admite por primera vez, en esta ocasión, y sin ambages de ninguna naturaleza, que está dispuesto a recorrer de nuevo al país para proponer su nombre y escuchar la genuina versión del pueblo raso de las que serían sus prioridades para el cargo de Presidente de la República. Sospechando que en cualquier momento lo íbamos a fusilar con esa pregunta, nos convenció el entrevistado para que empezáramos por tratar ese grueso asunto de la entrevista de primero. De esa forma, sin prolegómenos de ninguna índole, el expresidente de la Corte Constitucional, confesó su interés en comunicar a todos los colombianos su ineludible decisión de aspirar y de poder llegar como ganador al primer cargo de la nación, interpretando y representando los intereses esenciales de la sociedad civil indignada por falta de derechos. Así comenzó:

JAR: Mi condición, expresada a lo largo de todo el país y frente a diferentes sociales y organizaciones que me apoyan, es que acudiremos a la recolección de firmas y a la discusión de un nuevo modelo político y democrático, incluyente, pero de ninguna manera subordinado de los viejos y caducos exponentes de la tradicional forma de entender la política. Esta es una situación de principios, además, en el entendido de que es la única vía de llegada de los nuevos sectores de la sociedad colombiana a los diferentes estamentos del poder público. Esta vez será la sociedad civil indignada por falta de derechos o por no poder acceder a ellos la que recogerá las firmas. Aspiramos a tener el aval político colectivo del pueblo colombiano. Eso lo tenemos avanzado.

PC: ¿Significa, que usted y sus amigos no tienen, como prioritaria tarea, encontrar la sombra de poderosos partidos de izquierda, centro o derecha, para obtener los avales de su aspiración presidencial y la de los integrantes de listas al Congreso?

JAR: Usted lo ha dicho. Esa no será nuestra prioridad. Nuestra principal vocación será concentrarnos en edificar una nueva fuerza parlamentaria con gente útil para sociedad, que nunca ha estado mangoneando en la política nacional o regional y en perfilar una nueva forma de gobernar, privilegiando los derechos de las regiones y los de toda la sociedad colombiana, sin excepciones. Esa es nuestra principal oferta de cambio real para el pueblo colombiano.

PC: Doctor Araújo, ¿cuál es la diferencia entre esa propuesta suya y las de otras candidaturas que también hablan de inclusión y de beneficiar a la sociedad con toda clase de derechos para todos?

JAR: La diferencia es que mi vida y la de la mayoría de los dirigentes que estamos embarcados en esta tarea, la hemos entregado a la defensa de los derechos. No es la nuestra una propuesta banderiza, es un compromiso de vida que la gente sabe descubrir y comprobar. Por ejemplo, en materia de paz, hemos entregado nuestro músculo intelectual, en la Corte, en la academia y en todos los escenarios y confrontaciones de nuestra existencia, a favor de la paz de los colombianos, sin excepción alguna. Hemos sido y somos coherentes y consecuentes. La gente lo sabe y lo reconoce.  En otros terrenos, por ejemplo, en las discusiones sobre los derechos de los pensionados, hemos hecho lo que nos corresponde, además, lo digo con todo respeto, a mí se me puede escrutar y medir en los diferentes espacios de la historia de la sociedad colombiana, por nuestra capacidad de ser invariablemente independiente de los grandes centros del poder económico que mueven los hilos de la política. A otros, contrario sensu, se les ve en la angustia política cotidiana de hallar patrocinadores, llámense jefes políticos de los partidos tradicionales o de grupos económicos con inconfesables intereses en la política. Nosotros estamos en la orilla diferente. Le huimos a esas deshonrosas marquillas de la vieja política de izquierda y de la derecha.

PC; ¿Por qué la sociedad civil está indignada?

JAR: Simplemente, porque No tiene derechos y porque No cesan los asesinatos, ni siquiera en el autodenominado gobierno del cambio, de líderes y lideresas de la sociedad civil. Fíjense que la situación es crítica, pues en el 2024 fueron asesinados 173 líderes, según la base de datos de Indepaz, y en lo que va del 2025, el promedio se acerca a un asesinato cada 2 días. Concluyamos en que es evidente que la falta de derechos a que han sometido a la sociedad, todos los gobiernos y la clase política dirigente colombiana, ha incidido en la creciente indignación que tenemos. La sociedad civil democrática, integrada por mujeres y hombres demócratas, indígenas demócratas, afro descendientes demócratas, jóvenes demócratas, campesinos y obreros demócratas, víctimas del conflicto armado demócratas, trabajadores e intelectuales independientes demócratas, miembros de organizaciones políticas y sociales de base, hemos decidido organizarnos, para tomar nuestro destino en nuestras propias manos, para ser sujetos y no objetos, de nuestro proceso histórico, tanto en el ámbito económico, como en el social, cultural, ideológico y político de Colombia.

Llegó la hora, en que la sociedad civil, haga oír su voz y ejerza el poder de su mayoría, hasta ahora silenciosa; que ha sido objeto de la violencia por parte del Estado y del no estado; de la violencia armada y de la económica, de la política y de la jurídica; de la social y cultural; de la violencia contra los derechos de los colombianos: violencia contra la vida y el trabajo; contra la salud y educación; contra su integridad física y la integridad del medio ambiente que lo rodea; violencia contra su libertad y su seguridad; violencia contra su derecho al desarrollo y contra la paz con justicia social; en una palabra, violencia contra todos los derechos de la sociedad civil.

Decimos claramente, que los demócratas de la sociedad civil, no somos inferiores a nuestro pueblo y a nuestro momento histórico, ni eludimos nuestro compromiso con el futuro, que vamos a luchar por la unidad de todas las personas demócratas, sin distinción de partidos políticos u organizaciones sociales, sin diferencia de sexo, raza, religión, edad, etc.; unidos con el pueblo campesino y obrero, constituyendo una organización con los estudiantes, con los trabajadores de los distintos sectores de la economía, desde el área de la salud, pasando por la educación hasta el sector minero; unidos con luchadores y luchadoras por la defensa de derechos humanos de la sociedad civil. Este frente político y social nos garantiza el triunfo de las fuerzas democráticas y lograr la transformación de las instituciones y estructuras del Estado y la sociedad colombiana, en una sociedad más justa, donde los colombianos vivan en paz con más derechos.

PC: ¿Para usted qué es la Sociedad Civil?

Podemos definir el concepto de sociedad civil, como la diversidad de personas que, con categoría de INDIVIDUOS o ciudadanos, y particularmente o de manera colectiva, actúan para adoptar decisiones que le interesan como individuo o sociedad en el ámbito público, en los temas y problemas que les afecten, que pueden ir desde la salud, la educación, el ambiente, bienestar social, el trabajo, la seguridad social, la paz, el desarrollo, la cultura y derechos humanos, entre otros. Este concepto, presupone que se trata de personas que se hallan fuera de las estructuras gubernamentales, de los partidos políticos, de empresas o poderes económicos y de las instituciones religiosas. Esto excluye a los miembros de las tres ramas del poder: legislativo, ejecutivo y judicial y a la clase política, incluidos los políticos que se han pasado toda la vida haciendo política y diciendo que no son políticos. Y que, aunque se pongan títulos y remoquetes distintos, cuando se califican como miembros de la oposición, de la derecha, centro o de la fementida izquierda, tienen los mismos vicios y defectos de las rancias elites políticas, comenzando porque tienen los mismos privilegios y son enemigos del pueblo trabajador, al que le niegan todos sus derechos.

PC: ¿Qué hará la sociedad civil ante los 2 grupos que aspiran al poder, es decir, entre quienes quieren volver al pasado y quienes siguen confundidos con un cambio que no fue?

JAR: Una cosa es lo que propone la derecha en Colombia, que recoge Pastrana, Uribe, Gaviria, Vargas y aliados, otra, lo que proponen el Pacto Histórico y otros grupos políticos a su alrededor y otra, completamente distinta, es la alternativa que proponemos los demócratas independientes de la sociedad civil. Los primeros son los que quieren volver al poder para darnos más de lo mismo, Falsos positivos, chuzadas, miseria, falta de educación y salud, falta de empleo y de oportunidades para los jóvenes y para los que tienen preferencias sexuales distintas, etc., y con los mismos actores y patrocinadores (Pastrana, Uribe, Gaviria, Duque, Santos, etc.). Los segundos quieren mantenerse en el poder, sin cumplir sus promesas de respetar los derechos de las mujeres o de los diversos sexuales, sin honrar sus promesas de lucha frontal contra la corrupción, sin respeto por la naturaleza-como sucede con las ballenas de Gorgona-, sin tomar distancia de los corruptos en los territorios, con tal de que voten en el Congreso proyectos del gobierno; Parece que poco importa con quién hacer los pactos, ni sobre qué bases axiológicas o programáticas. El único objetivo claro que tienen es ganar, sumando votos, aunque en el camino perdamos el alma o la conciencia política. Frente a estos 2 grupos, tenemos los miembros de la sociedad civil independientes, que queremos una Colombia de progreso y dignidad, donde el que tiene empleo lo conserve y el que no lo tiene lo obtenga, donde los derechos se amplíen para todos y no se restrinjan cada día más, como ahora sucede. Donde el que cree riqueza con sentido social, pueda seguir creándola, donde la riqueza justa no sea el problema sino la gravedad de la injusticia de la pobreza. Sociedad Civil independiente que cree en la dimensión humana del crecimiento económico, que éste debe aumentar con la totalidad de garantías, además del patrimonio económico, la esperanza de vida, la salud y la educación de todos los colombianos, que cree que un pacto social entre capital y trabajo puede ser el comienzo del desarrollo sostenido y sostenible. Sociedad civil independiente que cree que el hombre es un fin en sí mismo, que no puede ser tratado como una cosa y que es más digno en la medida en que la sociedad disfruta de más derechos. Que las personas son más importantes que las cosas y que las personas están primero; que los Gobiernos-incluido el Presidente- deben estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de los gobiernos. Que todas las personas son igualmente dignas y, por lo mismo, merecedoras de todos los derechos humanos.

PC: ¿Qué le dicen y preguntan a usted los miembros de la sociedad civil indignada?

JAR: Me dicen que asuma mi responsabilidad histórica como lo hice en el 2010, como candidato Presidencial, para defender los derechos de los colombianos, cuando fui el único candidato que me opuse a la guerra y defendí la paz con justicia social entre colombianos, lo mismo que la paz con nuestros hermanos latinoamericanos que, como dijera ese gran latinoamericano que fue José Martí, la mejor manera de decir es hacer y que como ya defendí los derechos del pueblo es seguro que continuaré defendiéndolos: Les di, por primera vez, en el 2001, a las víctimas de la violencia sus derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y la garantía de no repetición; a las mujeres sus derechos como madres cabeza de familia, en su licencia de maternidad, o la libertad para que decidieran autónomamente qué hacer cuando resultaban embarazadas al sufrir la tragedia de la violación. A los trabajadores y pensionados les dí el derecho a conservar el valor adquisitivo de su salario; a los pensionados su derecho a que no les quitaran su salario, si previamente no los incluían en la nómina de pensionados. Defendí los derechos de los niños para que prevalecieran sobre los demás; defendí a los jóvenes, a las afrodescendientes cuando las discriminaron para que no entraran a una discoteca en Cartagena; a los indígenas cuando les fumigaban o quitaban sus territorios ancestrales o quitaban su saber milenario las trasnacionales farmacéuticas. Luché contra la discriminación por razones de raza, religión, opinión política o filosófica, para que todos tuvieran iguales derechos, incluidos quienes tienen preferencias sexuales distintas a las mías y pudieran darles a sus parejas la seguridad social, los alimentos, la sustitución pensional. Defendí a los consumidores para que no les pusieran más impuestos de IVA cuando la situación económica se había empeorado; defendí a las víctimas del Upac-Uvr, para que no les quitaran su vivienda a 2 millones de colombianos. Defendí la autonomía regional para que las personas donde viven, puedan darse sus autoridades, manejar sus recursos y resolver sus propios asuntos. Defendí la autonomía universitaria y más recursos para las universidades públicas; el aumento de la cantidad y la calidad en la educación y la salud; la creación de empleo y los derechos de los trabajadores, que no les quitaran sus conquistas laborales. Me opuse al TLC con Estados Unidos y a la reelección de Uribe. Como abogado independiente recuperé, junto con 3 compatriotas más, la personería jurídica de la Unión Patriótica y antes había logrado que se anulara la nota diplomática, por medio de la cual la oligarquía colombiana le regaló a Venezuela los Monjes, lugar donde se concentran las mayores reservas de petróleo del mundo. Estos son sólo algunos de los derechos que he defendido. Como dijera José Martí: hacer es la mejor manera de decir que hice; desde la Corte Constitucional, o como abogado independiente, por los derechos de mis hermanas y hermanos colombianos.

Cuando me preguntan qué he hecho yo por la defensa de los derechos del Pueblo Colombiano., yo les respondo, que he dedicado toda mi vida a la defensa de sus derechos y especialmente durante los 8 años, que estuve como Magistrado en la Corte Constitucional, de cara a los problemas del país que pasaron todos por el tribunal constitucional: defendí los derechos de todos los colombianos en todos los lugares del país sin ambigüedad; me opuse al mal llamado estatuto antiterrorista de Uribe, cuyos resultados se están descubriendo en casos como la escombrera de Medellín, donde todavía quieren impedir que los familiares de las victimas expresen su dolor, quitándoles sus grafitis-estatuto violador de derechos humanos, que fue defendido por candidatos que hoy aspiran a la presidencia y hablan de libertad; la ley equivocadamente denominada de justicia y paz no se definió en la alcaldía de Medellín o de Bogotá; los derechos de los diversos sexuales, el UPAC-UVR o el aborto no se definieron ni por el congreso ni por el gobierno, que se opuso al derecho de las mujeres violadas a interrumpir el embarazo, ni mucho menos por los alcaldes de Medellín o Bogotá, sino en la corte constitucional. En todos estos temas mis posiciones fueron claras y en defensa de los derechos, por eso soy un candidato confiable que habla claro.

Mi posición sobre la reelección Presidencial, es una posición de principios. Como quedó consignada en mi salvamento de voto contra la sentencia de la Corte Constitucional que la permitió. Otra reelección, en cuerpo propio o ajeno, no soluciona el problema, sino que lo agrava. Cuando hablo contra toda reelección, incluida la mía, los colombianos me creen porque saben que ya me opuse a la concentración del poder y a la vulneración de sus derechos, a diferencia de otros candidatos presidenciales que la quieren o la patrocinan en cuerpo ajeno, para perpetuarse en el poder.

 

Por estas y otras muchas razones que es imposible enumerar en tan poco tiempo, es que Jaime Araujo Rentería será un Presidente, independiente, confiable que habla claro y que lo dice de la mejor manera: haciendo; ya que la mejor manera de decir, es hacer y Jaime Araujo Rentería ya hizo y seguirá haciendo por los derechos de los colombianos. Porque queremos ciudadanos con derechos y no mendigos del presidente de turno. Nosotros queremos construir un mundo sobre principios y valores, donde exista confianza entre hombres y mujeres, fe y lealtad entre ellos, amistad y esperanza; donde no exista la indiferencia sino la solidaridad.

 

PC, Háblele a los colombianos sobre lo que usted piensa hacer contra la corrupción. ¿Cuál es su estrategia?

JAR: Lo primero es que la mejor estrategia es el buen ejemplo de las altas esferas del gobierno nacional incluyendo el ejemplo del primer mandatario y el de su familia. Reconozco, además, que en materia de decisiones anti corrupción la cuestión no es de decretos y de procedimientos, es muy importante el capital humano vinculado al gobierno por méritos y probadas capacidades, jamás por simples recomendaciones políticas. A la gente que pregunta yo le respondo que el tema de la corrupción va más allá de un tema de buenos y malos, que pasa por el tema del modelo económico, neoliberal, que defienden por igual unos y otros. Para nosotros, el anacrónico modelo del funcionamiento centralizado del Estado incide y determina la generación de prácticas corruptas en el centro del país y particularmente en la periferia alejada.

La sociedad civil sabe que la lucha contra la corrupción pasa fundamentalmente por la lucha para darle derechos humanos a todos los colombianos; la corrupción es grave, porque trastoca todos los valores de una sociedad y de los individuos que la integran; porque envilece el alma de las personas, pero lo es más, porque priva a las personas de una serie de derechos humanos: los corruptos le quitan la salud al pueblo; la educación a los jóvenes; el empleo a los trabajadores; las oportunidades de progreso a las mujeres y de vivienda a quien no la tiene; etcétera. La corrupción es una de las mayores fuentes de violación de derechos humanos, y la falta de derechos humanos, es un caldo de cultivo para la corrupción: cuando todas las personas no tienen asegurada la educación, como un derecho humano, aparece el político corrupto, que controla los cupos en los colegios o las becas en las universidades y obliga a los padres de familia a que voten por él, a cambio de darles la beca o el cupo en el colegio para sus hijos. Cuando no está garantizado el derecho al trabajo, o no se respeta el concurso de méritos, se le da al corrupto que maneja puestos o contratos, la oportunidad de obtener votos a cambio de los puestos o contratos. Cuando sólo una minoría tiene garantizado el derecho a la salud, se vuelve importante el político corrupto que maneja la salud y que puede obtener votos a cambio de darle un poco de salud al pueblo.

Por esta razón, si de verdad queremos combatir la corrupción, debemos darle a todos los colombianos todos sus derechos humanos para, de esta manera, hacer desaparecer los intermediarios corruptos que juegan un papel fundamental, cuando hay escasez de derechos humanos, traficando con las necesidades del pueblo y perpetuando el círculo de la corrupción.

La lucha contra la corrupción pasa por el otorgamiento de los derechos humanos a todos los colombianos: a menos derechos más corrupción. Son causas de la corrupción la pobreza, la falta de salarios decentes. Sirve para combatirla, hacer realidad el derecho a la educación universal, educar en ética y en valores; repudiar el maquiavelismo de que el fin justifica los medios y de que todo se vale; por el contrario enseñar con Kant que en toda esfera de la actividad del hombre, incluida la esfera política, la mejor política es la corrección; que la fuente de la riqueza de los hombres y de las sociedades debe ser su trabajo, es necesario la transformación del régimen económico y político capitalista, que ha hecho del dinero un Dios. Entonces, debemos concluir en que lo más correcto y necesario es darles los derechos y asegurar el acceso a los mismos, a todos los colombianos, ya que la falta de esos derechos es la que permite a los corruptos traficar con las necesidades del pueblo; de ahí que sean necesarias instituciones como la revocatoria del mandato de todos los elegidos, comenzando por el Presidente de la República y los congresistas.

PC; ¿LA SEGURIDAD?

Los Miembros de la sociedad civil me preguntan qué hacer por la seguridad en todas sus manifestaciones, comenzando por la personal, que hoy se encuentra amenazada en los diferentes rincones de Colombia, donde los delincuentes y las mafias se han apoderado del territorio para quitarles las libertades-de tránsito, locomoción, opinión, personal, etc.- y los derechos a todos los colombianos. siempre les contesto, que es necesaria, la seguridad popular integral, contra todos los actores armados, que no es lo mismo que la mal llamada Seguridad Democrática que hoy quieren revivir los huérfanos del poder, al reducirla a una seguridad sólo frente a uno de los actores, la delincuencia política armada, dejando al resto de los colombianos sin seguridad frente a los paramilitares o delincuencia organizada o común, que hoy, desafortunadamente, azota nuestras ciudades, nuestros barrios o nuestras calles. Dicha seguridad democrática trasladó la violencia del campo a la ciudad y, paradójicamente, democratizó la inseguridad, pues no hubo lugar de la patria, incluida la esquina de nuestra casa, donde no pudieran llegar a asesinarnos o secuestrarnos. Para el ciudadano es indiferente quién lo secuestre o asesine, sea de la delincuencia política, de los paramilitares o de la delincuencia común; pues lo que los colombianos queremos es ser libres de todos los actores armados. Nos duelen los asesinados o secuestrados por la delincuencia, o lo que es más grave las víctimas del genocidio de los falsos positivos; cuando la misión del Estado en un régimen de derecho es protegerlo de todos los violentos y dar ejemplo no violando la vida, la libertad o la integridad de sus ciudadanos. Tampoco se logra la seguridad nombrando gestores de paz a los emblemáticos violadores masivos de derechos humanos y mucho menos si no se han arrepentido, demostrándolo con actos de verdad y reparación eficaz.

Además de esa seguridad los colombianos necesitamos saber que, si mi madre o mi hija se enferman, existe un médico y un hospital donde atenderla; necesitamos la seguridad en la salud, de la cual la mayoría de los colombianos carece. Creemos, además, que nuestros compatriotas, especialmente analfabetas, necesitan tener el derecho a la certeza y seguridad de que sus hijos serán mejores que ellos, pues deberían existir suficientes escuelas para que se eduquen; queremos la seguridad en la educación. Nuestros obreros y trabajadores sienten temor y terror cuando el patrono les dice que ya no tienen más empleo porque la empresa ya no puede exportar a Venezuela o Ecuador, porque estamos en guerra con nuestros hermanos latinoamericanos; necesitamos la seguridad en el trabajo.

Por estas razones estamos proponiendo otro concepto de seguridad: La seguridad popular integral que además de la seguridad contra todos los actores armados nos dé seguridad en nuestros derechos humanos.

PC: ¿CUÁLES FUERON LAS PRINCIPALES RAZONES PARA CONSIDERAR DE NUEVO LA POSIBILIDAD DE SER PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA?

Con seguridad, porque lo he escuchado en diferentes círculos de la sociedad, desde los más encumbrados de la academia y de la ciencia política, hasta de la boca de los más apartados de la periferia colombiana, una razón importante ha sido que se me reconoce, modestia aparte, el profundo conocimiento que tengo del Estado, y es justo que así sea porque llevo más cuarenta años estudiándolo y enseñándolo como profesor de teoría del Estado, de Derecho Constitucional. He escrito una decena de libros sobre estos temas, que la gente reconoce, y así lo manifiesta, pues mi vasta experiencia en el manejo de los asuntos del país es evidente, porque, además de estudiar y enseñar los derechos humanos, los he defendido durante toda mi vida, incluidos los ocho exitosos años que estuve como magistrado y como presidente de la Corte Constitucional, defendiendo derechos humanos de miles de colombianos que han sido discriminados. La gente que se ha reunido permanentemente conmigo ha comprendido que he ayudado a solucionar los problemas más difíciles del país y que, por ser difíciles, precisamente, los demás los eludían, hay ejemplos de esa experiencia. Muchos problemas que no encontraron solución en las instituciones encargadas de resolverlas y no fueron resueltos, ni por Presidente de la República, ni por los ministros, ni por los congresistas, ni mucho menos por los alcaldes de Bogotá o Medellín, que hoy aspiran a la presidencia, nos tocó enfrentarlos y encontrarles solución en nuestro complejo escenario de Magistrado. Temas difíciles, como el de las mujeres, respecto a su libertad para decidir qué hacer cuando sufrían la frecuente tragedia de la violación, escuchando su conciencia, o el de quienes tienen preferencias sexuales distintas a la mía, para que pudiesen darles a sus parejas, los mismos derechos que yo le doy a mi esposa, de salud, de alimentos, de sustitución pensional; o el de si a la clase media o a los más pobres les seguían quitando más de un millón de viviendas, o el de si las víctimas de la violencia tenían derecho a la verdad a la justicia y a la reparación. Todos esos asuntos fueron resueltos por el tribunal constitucional, con el voto y el apoyo decidido nuestro, lo que me da una gran experiencia en el manejo de asuntos delicados, al mismo tiempo satisfacción y tranquilidad electoral. Porque soy coherente entre lo que creo, digo y hago. Otros dicen que defienden el derecho a la vida y luego como ministro de defensa u otro cargo de poder, nada hacen para impedir que asesinen a jóvenes inocentes como ocurrió con los de Soacha. Algunos dicen que la vida es sagrada y al mismo tiempo defienden la guerra interior y la guerra con nuestros hermanos latinoamericanos, como si no supieran que la guerra es la principal enemiga de la vida. Puedo decir que yo le di derechos a las víctimas de la violencia y no me alié con los victimarios como hicieron varios funcionarios que gobiernan o gobernaban de la mano de los victimarios. Por esa razón puedo decir que soy el único candidato confiable que está defendiendo los derechos de la gente, porque ya lo hice en el pasado y por eso me creen incluido el derecho a la paz interior y con nuestros hermanos latinoamericanos.

PC: ¿POR QUÉ RECLAMA USTED SU ESTATUS DE CANDIDATO INDEPENDIENTE?

Porque es verdad, claramente es verdad, soy el único independiente de los partidos políticos tradicionales y de grupos económicos y por lo mismo NO tengo que pedirle permiso a nadie para presentar mi candidatura a la Presidencia de la República. Fíjese cómo los demás candidatos no se atreven a desafiar a sus dueños políticos y no serán candidatos sin su permiso. Todos los candidatos de la derecha, NO serán candidatos si no obtienen sus permisos y lo mismo sucede con los del Pacto Histórico o sus semejantes coaligados y mezclados entre ellos; todos ellos serán candidatos si los autorizan los encargados de despachar los avales.  La gran mayoría son candidatos sin autonomía política, o lo hacen para terminar en una lista cerrada y anti democrática para el Senado. Nuestra disposición es llegar hasta el final, sin pedirle permiso a ningún poderoso, ni política ni económicamente, sólo le pedimos permiso al pueblo colombiano.  Nuestro aval será el del pueblo colombiano, el de la sociedad civil indignada por falta de derechos.

Porque soy un candidato que, como dijera Adela Cortina, NO tiene la ética del camaleón, que a todo se acomoda y que pasa sin ruborizarse de ser ministros en el gobierno de la paz a ser ministros en el gobierno de la guerra, o viceversa, o que ayudaron a crear el engendro uribista, o desconocieron los derechos de las víctimas de la violencia de la sociedad civil a la reparación, la verdad o la justicia o la garantía de no repetición o usurparon la soberanía y el poder constituyente del pueblo y ahora nos quieren hacer creer que no tienen ninguna responsabilidad en los sufrimientos del pueblo y en su falta de derechos.

La clase política de todos los matices, en concubinato con los grupos económicos responsables de la crisis, quieren darnos más de lo mismo y hacernos creer a punta de sus medios de comunicación y de sus encuestas que todo está decidido; que el pueblo está condenado a tener los mismos verdugos de sus derechos, durante toda su vida. Pero esto no es cierto, ya que hemos venido, como futuro presidente a asumir nuestra responsabilidad histórica desde ahora, y decirles a los indignados de Colombia lo que nos enseñaron las madres de Soacha que, además de llorar su permanente dolor, votarán contra los responsables de la muerte de sus hijos y a favor de quien les dio derechos a las víctimas, ellas podrán conocer la verdad, la reparación y la justicia y saben que su voto vale tanto como el del ministro que nada hizo por impedir la muerte de sus hijos. Saben que el voto del que no tiene el derecho a la salud, o a la educación o al trabajo, vale tanto como el del ministro o el presidente que les quito la salud, el empleo o los dejó analfabetos. El pueblo no acepta más discriminaciones, ni religiosas, ni políticas, ni sexuales, ni de raza, ni económicas, ni de clases sociales, ni de los grupos económicos, ni de los medios de comunicación, porque como dijera Gaitán, el pueblo es superior a sus dirigentes y llegó la hora de decirles Basta Ya de los mismos y de lo mismo y de elegir bien.

PC: LA PREGUNTA DEL MILLÓN ES ¿COMO LO HARÁN?

Como lo hemos venido haciendo hace cerca de dos años, recorriendo todo el país, yendo a todos los rincones de Colombia, escuchando y hablando con el pueblo, conociendo sus problemas y sus posibles soluciones, pues sabemos que nadie está más cerca de la solución de un problema que quien lo vive. Ya hemos recorrido casi toda la región Caribe y muchos lugares de Colombia, como miembros de un anhelo de los colombianos llamado Causa Colombia y de su manifestación en la costa atlántica llamada Causa Caribe. Ya hemos debatido y tenemos un programa y unas propuestas para debatir, enriquecer o agregar temas, comenzando por la Asamblea Popular Constituyente, por un PACTO SOCIAL PARA EL PROGRESO SOCIAL, donde se tomen en serio a los actores sociales y económicos para luchar contra la pobreza, el desempleo y el alto costo de la vida, que proteja los derechos a los Colombianos desde la cuna hasta la tumba; el Estado federal, la salud y la educación para todos- que fomente la ciencia, la cultura, el arte, el deporte y la tecnología. Paz entre los seres humanos y PAZ CON LA NATURALEZA. Defenderemos el derecho a un medio ambiente sano y sostenible y por lo mismo propugnamos por energías renovables, conservar el agua y el aire puros, impedir el cambio climático y vivir en armonía con la madre tierra. Por el derecho de todos a una vivienda digna. Democratización del acceso a la vivienda. Igualdad para las mujeres y protección a niños, discapacitados, población vulnerable y personas de la tercera edad. Las reformas políticas, del Congreso, de la justicia; las reformas agrarias, urbana y financiera, democráticas.

Buscamos la unidad del pueblo colombiano por la base y hablaremos con todos los demócratas de todas las vertientes. Vamos a luchar por la unidad de todas las personas demócratas, sin distinción de partidos políticos u organizaciones sociales, sin diferencia de sexo, raza, religión, edad, etc.

Apoyamos la diversidad étnica, racial, cultural, sexual, familiar, de opinión, religiosa y filosófica. Para nosotros será una prioridad la atención y defensa de los Servicios públicos para todos y a bajo costo para los más pobres. Defendemos el Derecho a la Vida Digna. No al genocidio, Sí a la eliminación del paramilitarismo y de todas las formas de terrorismo de estado o no estado, incluida la doctrina Militar de la Seguridad. Apoyamos el derecho de los jóvenes a auto representarse, no sólo en la organización de las listas y conformación o composición del Congreso, sino también en las Asambleas Departamentales, Concejos Municipales, Juntas Administradoras Locales, donde deben tener como mínimo 3 representantes por derecho propio y, en todo caso, de no menos del 10% del total de la representación política en esos órganos. Los apoyamos en su primer empleo o como jóvenes emprendedores.

En pocas palabras proponemos para los colombianos la Paz con Justicia Social y Ampliación de la Democracia Política y la Democracia Económica.