martes, 7 de mayo de 2024

LA CRISIS

 

El Principio de Oportunidad, carrotanques, ollas podridas y lo que pienso de Lucho Gómez y del Ministro Velasco

Por Armando Pérez Araújo

Me contrataron para que les hiciera caso, es decir, para que les obedeciera, fue lo que dijo el ex subdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, en escuetas y aparentemente sinceras explicaciones dadas al periodista Daniel Coronel, en entrevista exclusiva concedida en el 30 de abril de 2024. Este simple anuncio, de poner a funcionar el tremendo ventilador contra sus cómplices y coautores, constituyó la advertencia clara del ingeniero Pinilla, de que pretendía un ineludible empujón a la Fiscalía General de la Nación, para desatrancar las puertas del principio de oportunidad que, de contera, colocará en ascuas al gobierno nacional que, recordemos, originalmente obró como denunciante penal contra Olmedo López, el supuestamente más implicado, ante la autoridad competente, a través de noticia criminal interpuesta por el Secretario de Transparencia, doctor Idárraga, que tambaleó, se cayó y se levantó, en el momento en que se sintió el primer soplo del anunciado ventarrón. Sin tanto rodeo, el señor Pinilla, sugirió vagas señales de quiénes serían sus principales determinadores o cómplices del descomunal hecho de corrupción, añadiendo que esas personas, sus mentores,  entre ellos el desmedido director Olmedo López, se estarían haciendo los de la vista gorda, vale decir, que lo estaban tratando como al más huevón del grupo delincuencial, dicho así por él de esa manera textual, señalando, entre otras personalidades públicas, a alguien de la mayor cercanía con el presidente Petro, también a un Ministro, por lo menos a un miembro de la Cámara de Representantes, un Senador de la República y un servidor público que todavía trabaja en la entidad. Muy pronto, el breve y cruel paso del tiempo, y el tamaño del estruendo, se encargaron de corroborar lo dicho por el forzado deponente, doctor Pinilla, provocando la caída inverosímil de la consejera presidencial, doctora Sandra Ortiz, haciendo trastabillar la imagen del Ministro Velasco, la de Carlos Ramón González y las de los presidentes de ambas cámaras, Iván Name y Andrés Calle. No pertenece a este contexto el coletazo que ocasionó la salida del Partido Verde del doctor Antanas y de la doctora Claudia López, razón por la cual deliberadamente los excluyo del análisis de los intríngulis de este primer trancazo de la crisis.

En medio de esta tormenta de intercambio de injurias y calumnias, de dimes y diretes, de toma y dame, de la repugnante feria de zancadillas contra el gobierno nacional, quiero meter la mano por el Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, a quien no conozco personalmente, pero de quien tengo la mejor percepción como demócrata y persona decente. Lo defiendo con la misma autoridad e independencia que invoqué cuando expliqué públicamente que lo que estaba ocurriendo en La Guajira, en términos de gobernabilidad y gobernanza, era producto del régimen del Ministro del Interior de entonces, doctor Alfonso Prada, quien, gracias a él, siguieron encaramados, sobrados y oxigenados en el gobierno de Petro, el que elegimos los soñadores y progresistas de La Guajira, los adversarios, incluso, los enemigos del señor Presidente. Gracias a ese insólito diseño del cambio y de las transformaciones en este departamento, en las pasadas elecciones territoriales obtuvimos el peor de todos los fracasos electorales de la historia de las fuerzas alternativas y democráticas de esta afligida región del país.

También pongo mis manos en la candela por la honradez y pulcritud de Lucho Gómez, porque lo conozco muy bien. A Lucho se le pueden achacar los errores electorales de sus alianzas inconvenientes o inadecuadas en las elecciones territoriales, destacando que ello fue producto del pésimo diseño del doctor Prada, jamás de haber participado, mucho menos cohonestado con la dinámica del señor Olmedo López ni de Pinilla. Recuerdo muy bien el contrapunteo entre Olmedo y Lucho, generado por las críticas públicas que éste le hacía al director de UNGRD. Haber tirado al ruedo a Lucho, al circo de la peor descomposición, cuando lo designaron Gerente de La Guajira, para combatir el hambre la pobreza y la corrupción, amparado en un simple contrato de servicios, sin competencias constitucionales, fue un infame despropósito constitucional del hoy embajador Prada.