ENTREVISTA
(Tomada de la edición 66 de la Revista Pensamiento Caribe)
ARMANDO PÉREZ ARAÚJO ACEPTÓ EL RETO DE ESTAR EN LA LISTA ABIERTA DE 100 HOMBRES Y MUJERES LIBRES E INDEPENDIENTES AL SENADO DE LA REPÚBLICA, POR EL MOVIMIENTO CAUSA COLOMBIA QUE APOYA LA OPCIÓN PRESIDENCIAL DE JAIME ARAÚJO RENTERÍA.
Sabemos que no será fácil para un hombre demócrata como Armando Pérez Araújo, moverse en un medio en donde campea la más agresiva corrupción electoral del país. Por esa razón, la Unidad de Investigación y Entrevistas de la Revista Pensamiento Caribe lo invitó para hacerle con total independencia y objetividad las siguientes preguntas sobre su complicada aspiración política de llegar al Senado de la República. Algunas serán incómodas.
PC; ¿Cómo se abrirá paso para lograr el apoyo necesario para obtener
nada menos que una curul al Senado de la República? cuáles serían sus armas y cuales sus herramientas predilectas para enfrentar la plutocracia y agresiva
corrupción instaladas en La Guajira?
APA: En primer lugar, debo decirles que curiosamente
siempre es la primera pregunta que me hacen sin vaselina mis amigos. Entre
chanza y chanza, como quién no quiere la cosa, me indagan sobre la que se ha convertido en la pregunta del millón, es decir, les preocupa saber de dónde saldrá
la financiación de mi campaña. No me preguntan por mis propuestas, por mis hijos o nietos, ni por los temas importantes de mi agenda, sino precisamente por eso mismo que ustedes me preguntan, es decir, de dónde saldrá el billete para la campaña. eso está bien que lo pregunten. Siempre respondo lo mismo, advirtiendo que el
problema de enfrentar el absurdo y prostituido modelo electoral que tenemos en La Guajira no es
exclusivamente a punta de plata ni de contratos. En mi caso
concreto, tengo muy claro cuál será mi verdadero y más berraco problema para enfrentar esa y otra clase de trabas y muros, también sé quiénes
serán mis posibles contrincantes y cuáles mis principales dificultades
políticas y logísticas. Tengo perfectamente claro que no será en el fétido terreno de
la compraventa de votos, ni mucho menos en el del acompañamiento de contratistas
cómplices, ni en el de dádivas o canonjías, que es el hábitat normal de ellos, donde
tendré que medirme con inevitable desigualdad con los inmensamente
poderosos compradores de votos y destructores de la poquita democracia que
tenemos en esta parte frágil del país social. Es en ese único cuadrilátero en donde ellos me
pueden derrotar con la mayor comodidad. Es por eso que a mis amigos les inyecto total tranquilidad, cuando les confirmo mi absoluta vocación de no caer en los albañales de la
politiquería. Allá que no me esperen, desde ya les anuncio y les digo a todos, especialmente
a mis obvios contendores y contendoras. En cambio, les anuncio, desde ahora, que
nuestro único camino para derrotarlos sin mayor dificultad y poder llegar sin ataduras ilegales al Senado de la República,
será de la mano de la gente decente de La Guajira y, óigase bien, de la mano de gente de muchas
partes del país, haciendo mis propuestas de toda la vida respecto a una nueva
democracia para los colombianos, para lo cual estamos suficientemente preparados y convencidos y para lo cual
no buscaremos ni necesitaremos el patrocinio de ningún sector ilegal ni
sospechoso de la economía. Dicho de otra manera, más fácil: nuestra fórmula
para ganarles, a los poderosos de la politiquería en este medio de tanta vagabundería es
sin la cantidad de plata que ellos sí necesitan. Nosotros no necesitamos de ese
tipo de financiación. En conclusión, acudiré a los diferentes sectores decentes
de la sociedad colombiana y tengo que decir que estoy seguro que en La Guajira
recibiré el respaldo de quienes propugnan por una transición energética justa,
por un Cierre de Mina que también sea justo para que se compense y resarza la
gran deuda social que la minería abusiva generó en las comunidades indígenas y
afros, lo mismo que respecto a los pequeños y medianos propietarios desplazados de
diferentes maneras del campo productivo, del sur y del norte. Mi obsesión por una Asamblea Popular
Constituyente no es nueva, no tiene que ver con un tema de campaña, para mí es
un asunto que tiene que ver con los derechos de la gente y en el caso concreto
de La Guajira, con las grandes reformas que requiere el Estado Social de
Derecho.
PC: ¿Tiene usted el respaldo político de la izquierda de La Guajira?
APA: Claramente tengo que ser objetivo frente a esa
recurrente pregunta que me hacen: No me hago ninguna ilusión porque en ese ámbito hay mucha gente incoherente. Lo que sí puedo decir es que tengo
el gran respaldo de gente muy seria de los diferentes sectores sociales y políticos de La
Guajira, llámense indígenas, afro guajiros, líderes, dirigentes, pueblo raso,
campesinos propietarios o simples trabajadores del campo, estudiantes,
docentes, comerciantes, trabajadores y ex trabajadores de la industria minera de carbón,
turcos, migrantes venezolanos, profesionales y trabajadores del sector de la salud, choferes, trasportadores, sindicalistas, pescadores,
artesanos, incluso, cachacos y miembros de diferentes colonias que aquí residen
en este lugar amable de nuestra patria. Es correcto decir y debo reconocer que tengo de todo
un poco, como en botica. Concluyo diciéndoles que la tradicional e inapropiada
división del pasado entre las llamadas izquierdas y las extintas derechas ha desaparecido en
la actividad política de todo el mapa de Colombia, pero muy especialmente en el
caso de La Guajira. Aquí hay mucha gente buena en los viejos partidos políticos,
incluso, gente justa, rescatable y progresista dentro de esas viejas estructuras partidistas, tal vez en más proporción que en cualquier parte de Colombia, claro, también hay potentes roscas
antidemocráticas incrustadas en el poder político, lo mismo que ocurre en las nuevas
expresiones de la política colombiana a nivel nacional. Debo reconocer que cuento con la satisfacción de
tener amigos entre quienes prefieren llamarse y que los llamen simplemente
demócratas o progresistas, sin que tengan que acudir a los nuevos remoquetes de las tradicionales denominaciones o sugestivas marcas de la politiquería de siempre. Me enorgullece que percibo el respeto generalizado, de liberales y conservadores, de los verdes y amarillos, socialistas y comunistas empedernidos de los diferentes matices, porque he
sido permanentemente un hacedor de paz, al lado de la gente buena, comprometida con las verdaderas y profundas transformaciones sociales de la región y del país. Como ciudadano he construido y he cultivado
amistades en todos los lugares y sectores de la política. Es evidente que he
defendido los derechos de la gente en todos los rincones. Como abogado defensor de los derechos
humanos he estado en el barro, jamás en el fango, y en la vanguardia de la defensa de los derechos y causas de
los más humildes de La Guajira. Con respeto y humildad, sin ninguna vanidad, puedo
y debo decir que he consagrado gran parte de mi vida a la defensa efectiva del
territorio de los afros e indígenas, a los derechos de la gente, frente a los
poderosos, como seguramente lo han hecho muchos de los que tuvieron la suerte
de nacer aquí en este rincón de la patria. Como escritor sobre temas públicos
he militado al lado de los más necesitados de mis denuncias y defensas.
PC; Usted ha
sido crítico de la forma como se han generado los parques eólicos en La Guajira. Los hechos
le han dado la razón. ¿Cuál es su opinión?
APA; Lo único que hemos resaltado es
que todo ha sido un disparate desde el punto de vista legal. Hemos propuesto al
gobierno de Duque y a éste que ayudamos a elegir, al del doctor Petro, que ese
proceso de instalación ilegal de los parques eólicos hay que revisarlo. Las
consultas previas fueron una farsa. Se desconoció la propiedad privada del
pueblo indígena. El Acuerdo de la Habana, en materia de distribución de la
tierra, se hizo trizas. Somos partidarios de salvar el proceso de transición
energética en La Guajira, sobre la base de que se respete la territorialidad
del pueblo wayuu en la alta guajira y demás derechos del resto de la gente en el norte y en el sur. Lo
que hemos criticado y pedido que se revise es a favor, incluso, de los inversionistas nacionales y
extranjeros. A ellos, también los engañaron, sonsacándolos, haciéndoles creer
que el territorio indígena era un potrero público, inclusive, menos que eso,
les vendieron la ilusión de que el resguardo indígena era un extenso yermo, que estaba conformado por
tierras mostrencas. Lo mejor que le puede pasar a la transición energética es legalizar esa vagabundería jurídica. En caso de ser Senador esa será una de mis tareas.
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