miércoles, 4 de noviembre de 2015

CIÉNAGA GRANDE DEL MUNDO


LA CIENAGA GRANDE

Hicimos un recorrido por la Ciénaga Grande de Santa Marta, en un plan de entretenimiento y verificación de las recientes denuncias sobre los ataques a que ha sido sometida su estructura ecológica. No fue necesario medir con instrumentos la ciénaga para comprobar lo que está sucediendo, en términos de catástrofe ambiental. En este país del Sagrado Corazón se han estado robando a pedazos este lugar declarado reserva de la biosfera mundial por la Unesco y clasificado como sito Ramsar por sus características ecológicas especiales. Y no se han estado robando la ciénaga con alambre de púa y papel sellado, como ocurría con los despojos habituales en el resto del país, sino con buldóceres, retroexcavadoras y bombas de succión, con el fin de desecar los humedales y convertirlos en haciendas ganaderas y extensas fincas sembradas de palma. Es posible que parte de esta orquestación de estatales y particulares hubiese estado acompañada de acciones criminales de los paramilitares como las masacres perpetradas en los pueblos palafíticos de Trojas de Cataca y Nueva Venecia (año 2000). A estas alturas del desastre mundial, la ciénaga debería llamarse Ciénaga Grande del Mundo y no simplemente de Santa Marta, el Procurador General de la Nación, en vez de estar jodiendo contra la paz, debería haber implementado expedientes y sanciones ejemplares, además, coadyuvar a la Superintendencia de Notariado para que les sean restituidas a la sociedad internacional las numerosas hectáreas amputadas a la estructura ecológica de esta riqueza de la humanidad.

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