EL ACUERDO DE ESCAZÚ
Por: Armando Pérez Araújo
Todo parece indicar que el denominado Acuerdo de Escazú al
fin fue firmado por el gobierno colombiano como producto de las presiones del
paro nacional. Sea como sea ya está firmado y sólo falta convertirlo en ley. Se
trata del primer Tratado o Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información y
el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe
que venía siendo patinado durante el gobierno Santos, sin que se justificara el
largo trancón burocrático que sufrió su aprobación durante el primer año del
actual gobierno. Con el cuento de que se están haciendo todos los esfuerzos
para evaluar y entender su utilidad y conveniencia la cancillería le estaba
mamando gallo a tan importante herramienta internacional de justicia ambiental.
Ahora lo que viene es ponerle voluntad y efectividad a su pronta
implementación, ojalá que sí, de hecho, celebremos que este Acuerdo como tal
está llenando vacíos en términos de garantías para la defensa del medio
ambiente y de los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente.
Recordemos que esa normatividad se estaba envejeciendo desde 1992,
cuando la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo la aprobó como un gran refuerzo del concepto de los derechos y
responsabilidades de estos países en la esfera del medio ambiente y el
desarrollo. Su gran sustento fue el Principio 10 de la Declaración de Río sobre
el Medio Ambiente, que privilegia la importancia de lo público, especialmente
el acceso a la información y acceso a la justicia en temas ambientales como una
manera preservar la calidad de la vida para las presentes y futuras
generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario