Ayer 31 de mayo se formalizó en la Registraduría Nacional del Estado Civil la inscripción del Comité encargado de los trámites electorales de la Candidatura Presidencial de Jaime Araújo Rentería para el 2026. Este primer paso de la mecánica electoral significa que la cosa con él va en serio, que la cosa con Araújo es diciendo y haciendo como lo dice el refrán popular, o tumbando y capando, como lo expresamos coloquialmente en nuestro ambiente campesino costeño. Araújo Rentería había prometido que, si era necesario, parece que sí lo es, acudirá al mecanismo de las firmas. Es eso lo que está haciendo, de paso, invitando a recolectar las firmas para su candidatura y para configurar la lista abierta al Senado de la República de la cual hacemos parte. El significado de esta formalidad legal, independiente del susodicho juego de palabras, es que lo que viene ahora es la campaña a la Presidencia de la República, propiamente dicha, para que Araújo Rentería demuestre porqué decimos que es el mejor, libra por libra, como dicen los narradores del boxeo respecto a los púgiles de un encuentro deportivo. Jaime Araújo tiene claros los derechos que promueve y defiende para la próxima Colombia en la cabeza. Además de varios idiomas, habla muy bien el lenguaje de la democracia. Entiende y defiende los términos de la democracia directa, del estado federal, la importancia y limitaciones de una Consulta Popular, la necesidad y urgencia de una asamblea constituyente popular, se bandea muy bien en los terrenos de Weber, Sieyès, Rousseau, Fals Borda, en los espacios de la academia o en los de cualquier pescador de Sucre o La Guajira, indígenas del Amazonas o del Cabo de la Vela, sobre los asuntos de la sierra Nevada de Santa Marta o de la Ciénaga Grande o de la Mojana. Perfectamente navega en los mares del sindicalismo colombiano, en los complicados asuntos de las universidades públicas, también en los colegios. Su paso memorable por la Corte Constitucional dejó una imborrable estela jurisprudencial de derechos para las víctimas, para los pensionados, para los destechados, para las mujeres, en fin, para la ruta que ahora transita para encontrar la llegada al solio presidencial. Araújo Rentería no se engolosinó electoralmente, atacando al presidente Petro, para encontrar dividendos entre sus adversarios, tampoco alabándolo con ceguera para hallar adeptos entre sus incondicionales, prefirió conservar la independencia y distancia para aprobar lo bueno que el mandatario haga y poder tener la libertad crítica para desaprobarlo. Igualmente hizo con los contradictores del Presidente. Araújo es coherente.
Excelente, Dr. Pérez éxitos en el proceso eleccionario para Presidencia y Senado.
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